domingo, 23 de abril de 2023

¿A ustedes les dan pena?


LÁGRIMAS PROGRES
por Monsieur de Sans-Foy
 
Quien osa hacer llorar a la Montero,
quien hace sollozar a la Belarra
merece que le ensarten el trasero
con una aparatosa cimitarra.
 
Robarles la mayor de sus hazañas...
¡Qué insulto, Fray Josepho, qué injusticia!
¡Privarles de esa Ley de sus entrañas
que a tantos hombres buenos beneficia!
 
Porque ésta es una Ley que la aprobaron
¡DOSCIENTOS CINCO honestos congresistas!
Sabrían, digo yo, lo que votaron...
¿Por qué se echan atrás los socialistas?
 
¿Será que nuestros próceres de izquierda
empiezan a pensar en las mujeres?
 ¿Será que se preocupan? ¡Y una mierda!
Es cálculo de viejos mercaderes:
 
El cuco Perrosánchez se barrunta
que, estando los comicios ya cercanos,
las charos se le han puesto tan de punta
que no las apacigua ni Tezanos.
 
Antonio ha vuelto a dárnosla con queso.
Me caben, Fray Josepho, pocas dudas
sobre los moradores del Congreso:
son todos más hipócritas que Judas.


SON EL PURO MAL
por Fray Josepho
 
Querido Mesié, constato
que a ellas les da todo igual.
No tienen ningún recato,
porque son el puro mal.
 
Si tienen que reír, ríen.
Si hay que falsear, falsean.
Si están guapas, desconfíen
de ojos que tales las vean.
 
Si conviene llorar, lloran;
si tienen que mentir, mienten.
Sus compinches las valoran,
pero por mí, que revienten.
 
Si padecen, que padezcan.
Tal cosa me importa un pijo.
Si enloquecen, que enloquezcan.
Yo, Mesié, me regocijo.
 
Sus triunfos son un agravio.
Su brillo, una bofetada.
Si tienen éxito, rabio.
Si les va bien, qué putada.
 
Si se hunden en la miseria
yo no quepo en mí de gozo.
Y si se encrespan de histeria,
pues me orino de alborozo.
 
¿Soy mezquino? Lo seré,
pese a mi índole frailuna.
¡Pero yo a estas, Mesié,
no les perdono ni una!


3 comentarios:

  1. Vistiéronse las dos de lila claro,
    y adoptaron su pose más dramática
    al ver cómo su ley más emblemática
    mandaron al garete sin reparo.

    Seguirán de ministras con descaro
    pues no se plantearán la problemática
    de asumir con conciencia democrática
    que deben dimitir para irse al paro.

    Lo triste es que por mor de sus errores
    estén saliendo tantos violadores
    o viendo cómo mengua su condena.

    La pena de Belarra y de Montero
    no es la pena para ellas que yo quiero.
    Prefiero que de cárcel sea su pena.

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